PASAR A UNA REALIDAD DE QUINTA DIMENSIÓN
Mi realidad como ser encarnado en este plano terrenal, me mantiene atrapada en el espacio y el tiempo.
Nuestro cuerpo físico-biológico está anclado en la tercera y cuarta dimensión de la conciencia tal como nosotros la vemos o sentimos.
Estamos muy familiarizados con la tercera dimensión donde nos movemos y todo nuestro organismo y sistema nervioso está sintonizado con esta realidad. La triada terrenal de nuestro cerebro – mente – cuerpo, está sintonizada también a la fisicalidad de nuestro mundo.
Biológicamente hablando estamos hechos de masa que nos da fisicalidad y eso hace que estemos afectados por los campos gravitatorios, nuestra supervivencia en este plano terrenal depende de poder movernos en el “espacio” que nos rodea y nuestra mente, cuerpo y conciencia están condicionadas por la percepción del tiempo.
Esta es nuestra realidad física, así es como vemos las cosas. Desde el tiempo y espacio es como percibimos las dimensiones y las experiencias que debemos enfrentar en nuestra encarnación, las desarrollamos también desde la percepción de esa realidad, la terrenal.
Pero llegó el momento de emprender un nuevo reto y enfrentarnos a un nuevo desafío que es el de elevar nuestra conciencia a realidades dimensionales superiores.
Estas dimensiones elevadas no están limitadas por las restricciones de espacio y tiempo. Esto se debe a que al hecho de que los cuerpos de dimensiones superiores no tienen masa ni fisicalidad, por lo tanto no se ven afectados por la gravedad. SU frecuencia vibratoria es mucho más elevada y están por encima de esta condición.
Nosotros como humanos estamos muy condicionados por el tiempo, es el principal paradigma en el que nos movemos junto con el social y es lo que ha facilitado que la mayoría de los humanos se encuentren aislados en las limitaciones del tiempo y espacio.
Nuestra experiencia de “realidad” es el resultado del nivel vibratorio con el que nos identificamos, si nos identificamos con dimensiones elevadas de conciencia, nos liberamos del espacio y tiempo y nos movemos en una realidad más liviana y ligera.
Estamos en un momento planetario en el que se requiere que entremos en dimensiones superiores de conciencia y eso conlleva un cambio en nuestra percepción del tiempo y espacio tal como lo percibimos. Es un cambio necesario y muy importante para nuestra ascensión.
Es a través de diferentes prácticas que podemos cambiar la percepción de nuestra identidad personal en estas limitaciones y empezar a percibir la libertad que otorga el trabajar en frecuencias más elevadas de luz, a la vez que seguimos con la experiencia terrenal y cotidiana de nuestra encarnación. Es decir, el que tu cuerpo físico esté sujeto a la tercera dimensión no quiere decir que tu conciencia deba estar anclada en ella.
Tus niveles superiores de conciencia no están sujetos al tiempo y espacio, están fuera del paradigma. La quinta dimensión es la primera que consideramos fuera de la realidad bajo la influencia del tiempo y espacio. Los seres que habitan esa dimensión no tienen masa por lo tanto están fuera de la afección de la gravedad.
La quinta dimensión no tiene fisicalidad en sí misma, pero si tiene forma u objetos que se forman en esa dimensión y que, pareciendo que no hay sustancia, al entrar en ella seguiremos las cosas tan sólidas como las experimentamos ahora en la tercera dimensión, sólo que nuestra experiencia, nuestra realidad será mucho más fluida.
En esta realidad más elevada seguiremos elevando nuestra conciencia a través de experiencias de vida, pero los retos que enfrentaremos serán muy diferentes al no estar limitados por el paradigma actual al que ahora estamos sometidos. Paradigma del tiempo, espacio, sociedad, cultura, enseñanza, religión, familia… todo esto desaparece.
La transición de la realidad de tercera/cuarta dimensión a la quinta y superiores se hace difícil debido a estos paradigmas en los que vivimos y que tanto nos influencian.
Nuestra vida en la tercera dimensión se basa en una “ilusión”. Una ilusión que aparenta ser sólida y en la que el tiempo y el espacio son realidades inflexibles que nuestra conciencia no puede modificar.
Estamos de alguna manera “obligados” a atender los compromisos que hemos adquirido en nuestra vida terrenal pero debemos aprender a prestar atención al espacio y al tiempo que percibimos como una única realidad.
A nuestro sistema de creencias, esas que nos han inculcado desde que nacemos, les interesa que sigamos dentro de esa “ilusión”. Este sistema de creencias, provienen de nuestros religiosos, filósofos, políticos… pero la verdad es que la única manera de cambiar la realidad de nuestra actual civilización es liberarnos de esta vida confinada en una dimensión inferior que nos condiciona y aprisiona.
Cuando consigamos entrar en una conciencia de quinta dimensión, nuestra identidad personal cambiará. Simplemente no nos identificaremos con el sistema de creencias y la vida terrenal de la forma que estamos acostumbrados.
Este es el desafío.
La realidad dual ofrece a la humanidad poder experimentarse en la quinta dimensión, a la vez que vive en las dimensiones de tercera y cuarta dimensión (es decir, bajo la influencia del tiempo y espacio). Tendremos la oportunidad de adquirir los conocimientos y habilidades creativas que nos harán progresar y que, incluso hará que nos sintamos como extraños viviendo en una tierra extraña.
Cristina Escalada ©
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